Soledad incalculada

Que absoluta oscuridad
baja a mi cuarto
esta noche,
otra vez tan afortunado
abro la palma vacua
de mi mano,
y no puedo hablar,
quiero gritar
pero mis palabras se derrumban
antes de ser pronunciadas,
mi callar es automático.
Miro por la ventana,
salgo al balcón,
tengo una silla para esperar,
y no se usarla,
estuve sentado todo el viaje,
parado desde hace siglos,
mi cuerpo no sabe todo esto,
por eso sufro este latir,
duele este latir
a veces tan lento,
a veces demasiado rápido...
Si sucede todo justo
en el momento adecuado,
entonces va a suceder,
que mi lado se convierta
en una burbuja
que el viento se lleve
a volar.


Ismael u.V