Una tarde de infancia, mi padre y un vecino, cómplices, mataron a mis conejos, sin importar las costumbres lo sirvieron en la mesa, ellos tenían nombres y orejas largas, vivían en jaulas, y saltaban cuando los dejábamos salir. En honor a ellos, y en especial al negro, al cual le tenia mucho aprecio :,(
Vino de una carpa
Cuando era chico
tomaba vino en Sucot,
mi padre bebía
y los profetas aparecían.
Y yo recé demasiado,
y aparecieron los poetas
en un arca repleta
de desertores
y de sapos dandis encantados
sin gusto, exagerados.
El vino son recuerdos
de una cabaña
en una botella encerrados.
La fiesta en las carpas
se acabó para mi
esa tarde roja
de muertes de conejos.
Si hubiera hecho falta un cordero
mi padre me hubiera matado!
Impuro, como el conejo de mi galera,
me hubieran matado...
Impuro e idólatra,
poeta y curioso,
si hiciera falta un cordero,
aunque fuera un conejo
me hubieran matado.
Cuando era chico
tomaba vino en Sucot,
era sangre de unicornio
lo que bebían los profetas?
Yo recé demasiado,
y vinieron los poetas
en una nave redonda
y me trajeron un mundo,
para entrar a respirar.
I.U.v
Pobres conejos! Cuando era pequeño, yo también tuve uno, pero no recuerdo qué fue de él...
ResponderEliminarGracias Alvaro, si, pobres conejos, ojala todo el mundo fuera vegetariano, o que algún día (No muy lejano) eso se logre.
ResponderEliminarconejines muertos, es lo mas triste del mundo
ResponderEliminar...pero sonreí con los sapos dandis con un clavel en el ojal de sus chaquetas!
un día vamos a celebrar la fiesta de la alegria en la nave de los poetas locos!!
te quiero mucho! <3
AOO
Gracias Char. Así de triste, en verdad me marco eso, no es bueno tener ese tipo de experiencias en la infancia.
ResponderEliminarPero ya celebraremos la alegría con los sapos y poetas!
Yo tambien te quiero mucho ^.~
AOO <3
Marcas-cicatrices en nuestra alma que nos hacen ser lo que somos.
ResponderEliminar¿Nos dijeron alguna vez que esto es fácil y agradable? Nos mintieron. Estoy odioso.