Un Par de Cosas

Tormenta

Efectivamente Señores! La capacidad de paciencia de este mundo es inagotable! Nos soporta cada capricho nuestro alcanzado, y le seguimos prometiendo estupidez, guerra, miedo, pobreza, somos unos afortunados! 

Tenemos el mundo más paciente que un ser vivo podría soñar, protegidos desde el cálido sol, mas allá del cielo redondo y absoluto, rodeados de árboles sin prisa, que observan en silencio nuestra intrépida impaciencia humana por llegar a la meta de la nada.

Somos seres dotados del poder de perseguir prisiones mentales, como duendes dueños de nuestros cuerpos sin corazón, terminamos por alabar al espejo de nuestra vanidad... y lo digo confiando en que un día cada quien tendrá un corazón para decir: "A mi me importa"o al menos permanecer atentos a la petición de un mundo que ya no sabe como hacernos escuchar de una vez por todas su voz.

Camino sin pausa, como un disco girando en torno al aire silencioso de un trayecto que alguna estrella trazó para mi.  

Tengo que responder a la poesía que se queja de mis plantones, de mis desapariciones, de mi ausencia tan grosera a sus invitaciones tan tentadoras.

Oh poesía! Si te agarro como te voy a dejar? Te escribo con la bruta verdad que muerde como un perro rabioso, perdido, hambriento... sin entender para que me buscan tus renglones que al final abandono, retornando a la calle de literaturas ajenas, donde me abrazan las sensibilidades del alma mosaica de mi propia idolatría.

Monstruo crucificado

¿Para que quiero

el premio del agradecimiento?

¡Si ya tengo en la cabeza

esta corona de laureles!

Promesas de pobres hombres

es todo lo que veo pasar

desde mi cruz,

entre la broma 

del beso desierto

y el sarcástico grito

de mi silente paranoia.

Soy este pulpo crucificado

que da gracia

de mirar

por todos mis brazos

atrapados 

entre los aplausos

de la ironía

y los clavos 
de la crueldad.

u.V