Curvas de alegre sonido
se deslizan en el camino insabrido
que, con rara suerte, sigo.
Andando entre historias ajenas,
solo, compartiendo los mismos silencios
que quedan después de escuchar.
La luna nos ilumina
la noche de soledades,
me servirá ella
su ruin luz en los ojos
secos
e inexpresivos?
me servirán el té?
O se apagará también
como las estrellas
cuando el insomnio
les desnuda las piernas?
Voy a ser ciego
y voy a ser mudo,
voy a ser un refugiado,
un paranoico atacado...
Mis miedos tendrán alas gigantes,
mis pies morirán
si pierdo el horizonte,
entonces las palabras
serán poesia solamente.
Si pierdo el horizonte
volveré a Jerusalém
como el sábado siempre vuelve,
me iré como se va...
Cuando el mundo entero se rompe en mil pedazos
como un espejo que no es una ventana,
y las paredes hablan
de agradecer,
hablan las situaciones,
las acciones y la inercia,
la rueda de los segundos
que nunca paran,
que nunca para,
siguen y sigue eternamente
atravesando el tiempo
durante los parpadeos,
mientras el espacio existe,
mediante la consciencia,
distancia y enlace,
el tiempo que gobierna
tan hermosa naturaleza,
y las piedras de la cuidad
nunca fueron más calladas.
u.V
Buen texto, me ha gustado bastante.
ResponderEliminar.
ResponderEliminarhola :D
wow!
es un gran testimonio de cosas que hablan de cosas, como la luna, como los espejos, como las ventanas, como las piedras de la ciudad que siguen calladas...
y, tambien, de tu profundidad que bien sabe como calarme hondo -pongo en mi a cualquier lector, de mas esta decirlo- xD
un beso enorme y seguí escribiendo, que estamos en abril y es un buen mes :)
AOO
nos leemos
otro beso
.
Mi ventana agradece haberte encontrado y como ves, no me quedo callada como las piedras de tu ciudad. Gracias por escribir.
ResponderEliminarUn beso.