EL ARTE DE LO INVISIBLE EN PROSA

Ha vuelto ese misterioso son preguntón del tiempo, que cuando han pasado los años resuena, emergiendo de las profundidades de mi mente, entre las telarañas de olvidos imperfectos que se rompieron trayendo recuerdos a luz.
Mis señoras tías tocando los bucles de mi pelo caracolino como si yo fuera un muñeco de porcelana, decían: "¡Que lindo chico!" con sus caras de ternura exagerada, yo no sabía que me querían, pensaba que no me conocían realmente.
¿Acaso esas señoras sabían de mis sonrisas improvisadas? ¿Acaso sabían ellas en que pensaba cuando estaba taciturno?
Durante mi infancia los adultos se preocupaban por mi silencio, por ser muy serio, por alguna razón no era un niño hablador ni muy sonriente en público, a veces me preguntaban si era mudo, algunos pensaban que era muy tímido, otros que era tarado.
¿Pero acaso alguien sabía que deseos yo pedía a las estrellas? ¿Acaso a alguien le importaba? No señor, ni mis padres, ni mis tías, ni mis maestros, nadie sabía lo que yo sentía, y nadie me lo preguntaba, porque honestamente, tal vez ellos creían que los deseos de un niño son deseos pequeños y sin importancia, y los deseos de los adultos son deseos mayores y relevantes.
Pero a mi me importaba, en aquél período de mi infancia yo ya era consciente del rol titiretero de los adultos que me rodeaban, si ellos hubieran podido me hubieran atado hilos en los pies y las manos para indicarme que hacer, pero aun así, nunca pude ser ni hacer lo que ellos proyectaban para mí, me construí solo, en secreto con mis estrellas, con mi sigilo y mi insistencia poco disimulada en el mundo de la literatura.

Rememorando aquéllos días de mi infancia he escrito este corto texto, espero que les agrade:



EL ARTE DE LO INVISIBLE EN PROSA


Escritor silencioso, con mi pluma he creado discordia, muchos estarán en desacuerdo con sus interpretaciones.
He creado discordia a modo de hipnotismo, para que ustedes, adultos, hombres de buen filosofar, puedan deliberar acerca de ella, profundizarla e interpretarla.
Algunos tendrán la certeza de encontrar respuestas detrás de ella, otros se sentirán perdidos, porque en sí la discordia se opone a sí misma.

Yo aconcejo a todo lector serio enredarse en esta discordia que he tejido, anunciando el disfrute de la ingenua inteligencia.
Belleza, dejáme que te llame subjetiva, y perdón si te sentís insultada, pero al callar te estaría perpetuando en el compromiso por cumplir con valores meramente superficiales, yo te reservo un peldaño más arriba, yo te protejo de los que te nombran con la intención ilusoria de acusarte de ser pura vanidad.
He creado discordia, así como D-s ha creado una naturaleza de cadenas alimenticias, para vernos matarnos los unos a los otros, para ver al león cazar al ciervo, es por eso simplemente que adulamos la tinta, por eso y por capricho.
Y por eso, al terminar, encuaderno este artificio y lo ato a un título que despeje la superstición, escrito en prosa, lo invisible, que a quién lo sepa leer le declaro un lector del arte de lo invisible en prosa.


u.V