viernes, 26 de enero de 2018

Árbol de nadie

Soy árbol de nadie,
tuyo,
hasta que desaprenda
esta respiración.
Hago lo poco,
y veo
cuando puedo
mi lugar vacío.
Sé dejar ir,
cuando no puedo
ser mejor.
Junto lágrimas disecadas
en un frasco
debajo de mi cama,
conozco a los peces
que nadan sin rumbo
en las peceras,
y los comprendo,
Yo también soy contenido
por esquinas, transparentes,
desde donde observo,
habrá algo más allá?
Las noches y los días
pasan sin pasar,
o no sé como pasaron.
Hay un lado
de mi que se fue,
le escribí para que vuelva
y no volvió.
Las lineas entre yo
se desdibujan,
y ya no sé
que estoy intentando,
cuando tengo sólo esto
que queda
de mi espíritu.
Aunque evite la luz
y la sombra,
siento esa ausencia
que acompaña a mi soledad,
caminando a mi lado
paso a paso,
como un fantasma mío
que persigue algo
que nunca supe que tengo.
Es acaso un silvido,
que escucho en mi oído,
leve y seguro
me guía entre la oscuridad
y yo voy convencido
de andar sin destino
ni lugar,
mientras sea con vos,
aunque sea irreal,
aunque sea imaginado
y yo sólo sea un árbol
de nadie.




                                                      Ismael u.V

1 comentario:

  1. Hay veces en las que pienso que tener la consciencia de ser algo, un árbol de nadie, es el primer paso para poder construir, o evolucionar, a algo más satisfactorio, o menos desgraciado.

    Gran poema, he disfrutado mucho leyéndote.

    Gracias por compartir.

    ResponderEliminar