martes, 17 de enero de 2017

El amor de un Sequoia

La lluvia y el frío no me importan,
estoy bailando en la tormenta,
con mis ramas desquiciadas,
y mi tronco fuertemente arraigado al suelo.
Soy un sequoia viejo y sabio,
esperando a mi hada del otro lado,
voy recontando a las estrellas
que por el cielo circulan,
sin pedir deseos en vano.
Tengo en mis hojas muchos libros
que jamás voy a escribir,
y en mis ojos cerrados puedo ver
que el amor me atraviesa hasta la raíz,
sin que vaya a ninguna parte,
puedo sentirlo y ser feliz.
Pero quiero celebrar con agua de lluvia,
con una copa llena de recuerdos
de vidas pasadas,
bailar con las parras de uvas,
y con los hongos que crecen al rededor.
En el bosque vivimos quietos,
y la tormenta es una fiesta,
nos hace sentir que bailamos,
como si tuviéramos pies y manos,
al compás de la música del viento,
y el sonido que emiten las ramas
al chocarse entre sí.
Me explota el corazón de alegría
porque estoy enamorado
de la vida que duele,
del amor que me atraviesa,
de la lluvia que me mueve,
moriría feliz aquí y ahora,
pero tengo por vivir
otros mil años.



Ismael u.V

2 comentarios:

  1. A mi tampoco me importa la lluvia ni el frío, al contrario, me gustan. Lo que si me molesta mucho es el viento, ese cabrón que es más molesto que el borracho agresivo de una fiesta.

    "Enamorado de la vida que duele" Amigo, hay veces que creo que no se le puede pedir nada más a la vida.

    Gracias por compartir.

    Un abrazo.

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    Respuestas
    1. Es así amigo, se terminó la época de pedigueño jajajaa :D

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