A veces afecta un rebote,
la vida también es matemática,
los triunfos son relativos.
Al final entre los méritos
y los fracasos
todo se pesa y se mide
en la conciencia y la verdad.
Cada disparo y cada falta,
las malas pisadas, las patadas,
y lo que no se definió,
los intentos honestos,
y las actuaciones falaces.
Mucho dolor que no se cobró,
y otras cosas que no eran metas
hasta que lo fueron.
Muchos cambios incomprendidos
que funcionaron,
y la reflexión configurándose,
cuestionándose en espiral,
con un mecanismo imperfecto.
Un beso no dado,
un gol errado,
un día todo será
la nada tendrá su oportunidad
y todo dejará de ser.
Porque cada posibilidad es posible,
cada imposibilidad también,
y porque todo va,
lo que existe
deja el tiempo y el espacio
desplazándose,
sin saber sabiendo,
como quien quiere
y no quiere,
sigue la conciencia,
la célula, el átomo,
la hermosa simbiosis natural
de amor y de odio,
de luz y oscuridad.
Ismael u.V
Hola Ulises,
ResponderEliminarEste poema me ha recordado a estos versos de Ramón de Campoamor:
«En este mundo traidor / nada es verdad ni mentira / todo es según el color / del cristal con que se mira»
Pero si hay verdad y si hay mentira. Otra cosa es como lo percibamos.
O como queramos percibirlo.
O como nos interese percibirlo.
Me han gustado mucho.
Muchas gracias por compartir admirado poeta.
Un abrazo.